Islas Lofoten
ROAD TRIP - ¡UNA SEMANA EN NORUEGA!
¡¡Hola a todos!! Voy a aprovechar el confinamiento para poner al día el blog... ¡hay que aprovechar el tiempo! Se nos había quedado pendiente el viaje a las Islas Lofoten y visita en Oslo, Noruega, así que... ¡empezamos!
CUANDO IR
Nosotros viajamos a mediados de octubre, aunque es un destino ideal para cualquier época del año dependiendo de lo que esperes encontrar. Yo descartaría el invierno ya que debe ser muy duro y te limitará mucho los planes. Nosotros tuvimos de nuevo muchísima suerte con el tiempo, ya que hizo soleado varios días y apenas cayeron unas gotas. Elegimos esta fecha para poder disfrutar de nuevo de las auroras boreales y porque es una excelente fecha si tenemos un presupuesto más limitado. Además, ¡nos gusta pasar un poco de frío!
VUELOS Y ESCALAS
Como en todos los viajes que hacemos, encontrar la triple B (Bueno, Bonito y Barato) en vuelos es toda una lotería. En esta ocasión nos tocó hacer escala a la ida en Madrid (haciendo noche en casa de una amiga para ahorrarnos algo de dinero, ¡gracias Zule!) y a la vuelta en Barcelona. En Barcelona pasamos la noche en el aeropuerto ya que nuestro vuelo llegaba de Oslo a las 11 de la noche y el regreso a Fuerteventura era a las 6 de la mañana... pocas horas como para pagar un hotel, que además fue en la época de revueltas en Cataluña así que tampoco nos queríamos arriesgar a perder el vuelo por salir del aeropuerto. Una vez en Oslo la ida la hicimos en el mismo día, para evitar perder más tiempo, por lo que estuvimos un par de horas en el aeropuerto de Oslo y llegamos a Lofoten a las 3 de la tarde. A la vuelta, fue cuando paramos en la capital noruega para hacer una visita, solo estuvimos una noche, ya que leí que es una ciudad que se ve rápido y poco turística pero nos sorprendió bastante, más adelante os cuento. Nuestra compañía aérea vuelve a ser Norwegian.
CÓMO LLEGAR HASTA LAS ISLAS LOFOTEN
Lo más fácil y económico es hacer escala en Oslo y de ahí escoger algunos de los aeropuertos cercanos, ya que hay muy pocos vuelos directos a Lofoten. Los aeropuertos más cercanos a las Islas Lofoten están situados en las siguientes zonas: Bodo, Solvaer y Narvik.
BODO - es una de las opciones más utilizadas pero lo más rápido para llegar hasta Lofoten es a través de un barco, el cual os dejaría en el puerto de Moskenes. En este caso podríais empezar vuestro tour en la zona oeste de las islas pero a mi no me terminaba de convencer, ya que la vuelta tendría que ser de la misma manera para dejar el coche de alquiler y no me terminaba de gustar la idea del barco.
SVOLVAER - es un aeropuerto local muy pequeño, con pocos vuelos, por lo cual es mucho más caro viajar hasta aquí. Si el presupuesto no es un problema para ti, este es el aeropuerto más céntrico, ya que está dentro de las Islas Lofoten, situado en un pueblo costero precioso, y te ahorrarías bastantes horas de coche. En nuestro caso se nos salía de presupuesto pero si lo quieres ver, esta es la compañía que viaja hasta allí, SAS.
NARVIK - esta fue nuestra opción, aunque tenga el nombre de la ciudad he de decirte que está a casi una hora de la ciudad de Narvik, al este de las islas. Lo que hizo que nos decidiéramos por esta opción es que tiene bastante vuelos al día con Oslo, a buen precio con Norwegian y más oferta en alquileres de coche. Te aseguro que es una gran opción a pesar de las horas en coche.
COCHE DE ALQUILER
Como comenté antes, el aeropuerto tiene varias empresas de coches de alquiler por lo que lo es importante buscar la mejor opción calidad-precio teniendo en cuenta que es importante (por lo menos para nosotros) que tenga un buen seguro y que no te saquen los ojos por el... También evitar dentro de lo posible una fianza desorbitada. Nosotros elegimos EUROPCAR, ya que fue la mejor opción en cuanto al precio del alquiler y del seguro, con el cual la fianza se quedaba al mínimo. Y tuvimos la suerte que nos dieron un coche más grande de categoría superior, así que íbamos super cómodos. Mencionar también que el coche era automático, nos comentó la chica que ¡no tenían manuales! Nos costó 380 euros por unos 5 días.
PREPARATIVOS
En esta ocasión... ¡apenas hicimos preparativos! Teníamos apuntado lugares de interés y los alojamientos cogidos, pero nada de rutas ni prisas. Después del viaje a Islandia, nos apetecía algo más relajado e ir viendo según estuviese el tiempo y lo que nos apeteciera. Ropa, llevamos de abrigo y cómoda, aprovechando la que ya habíamos comprado para los viajes anteriores, que como anécdota que sepas que solo llevamos equipaje de mano para evitar pagar maletas y nos fue genial! En cuanto a la moneda, esta vez no cambiamos nada de efectivo, ya que se puede pagar en cualquier sitio con tarjeta y si no pues hubiéramos sacado en algún cajero, pero no hizo falta.
Lo que si pensamos fue como hacer el viaje, ya que solo hay una carretera para recorrer las islas: nosotros decidimos que el día que llegábamos nos pegaríamos la paliza en coche hasta llegar al extremo oeste y así el resto de días iríamos viendo la zona y acortando el camino de vuelta. Así que, con el google maps actualizado para navegar sin conexión... ¡comenzamos con el viaje!
Lo que si pensamos fue como hacer el viaje, ya que solo hay una carretera para recorrer las islas: nosotros decidimos que el día que llegábamos nos pegaríamos la paliza en coche hasta llegar al extremo oeste y así el resto de días iríamos viendo la zona y acortando el camino de vuelta. Así que, con el google maps actualizado para navegar sin conexión... ¡comenzamos con el viaje!
DÍA 1 LLEGADA AL AEROPUERTO - HAMNOY
Llegamos al aeropuerto sobre las 3 de la tarde, dentro de la zona de recogida de equipaje está la oficina de Europcar así que paramos allí para que nos dieran la llave y fuimos al coche. Buscamos como usar un coche automático... jajaja y desde que entendimos como funcionaba nos pusimos en marcha. Nos esperaban muchas horas hasta llegar a Hamnoy, por lo que buscamos un supermercado para tener algo que comer ese día y el siguiente, nosotros paramos en el pueblo de Evenskjer donde hay un Rema 1000 al lado de la carretera. Este día nos lo tomamos de tránsito así que tengo poco que contar... hicimos algunas paradas para estirar las piernas, y aunque fue una paliza en coche... el paisaje lo recompensa.
Llegamos a Hamnoy sobre las 10 de la noche. Nos alojamos en una maravillosa cabaña, Eliassen Rorbuer. Este alojamiento está genial, lo recomendamos muchísimo, ya que el emplazamiento es único y las cabañas están muy bien acondicionadas. Nos mandaron un email con el número de cabaña y el código de acceso, por lo que no tienes que parar en la recepción. Nos quedamos en este alojamiento dos noches y nos costó 300 euros. (PD: si te vas a alojar aquí, se entra justo antes de pasar el puente de un solo carril, antes del semáforo). Después de cenar algo, y viendo que el cielo estaba completamente despejado, nos fuimos en busca de auroras boreales. Acabamos en la playa Skagsanden, donde había muchas más personas montando el trípode, nos pusimos en un huequito y esperamos... al poquito de estar allí ¡empezó la magia!
Fue espectacular, por mucho que hayas visto las auroras... siempre es algo diferente y mágico. Después de una hora sacando fotos, y pasando frío, volvimos al coche y pusimos rumbo a la cama, para descansar y aprovechar bien el día siguiente.
DÍA 2 REINE - A - NUSFJORD
Amanece el segundo día, y para nuestra sorpresa con el día completamente despejado. Si ya has estado buscando info sobre Lofoten y, sobretodo, que trekking hacer en la zona ya habrás visto el Reinebringen, y sino pues te comento... Está situado en uno de sus fiordos, a orillas del pueblo Reine, es tremendamente peligroso y... turístico, ya que tiene unas vistas desde la cima espectaculares. Si te adelanto esta información es porque la única posibilidad de subir era que el tiempo estuviese bueno, y por eso nos animamos a subir este día, más adelante te cuento que tal fue. Empezamos desayunando en nuestra cabaña y dando un paseo por el fotogénico Hamnoy. Es una de las típicas fotos que vemos cuando buscamos Lofoten en google, y no es para menos, es muy pequeño pero es alucinante ver el hermoso fiordo donde está situado.
Tras un paseo y unas fotos nos vamos al cercano pueblo de Reine, otro imprescindible, y antes de meternos a ver el pueblo, y viendo que más gente se animaba a subir... nos adentramos en el Reinebringen. Decirte que, han reformado el camino, y la entrada ahora es mucho más sencilla, pero los escalones son matadores y algunas zonas son barro puro. Es prácticamente hacer una escalada desde el minuto uno hasta la cumbre, haciéndose cada vez más duro. No se cuanto tiempo estuvimos subiendo pero llegó un punto que yo no podía más, no soy nada deportista y no me encontraba con muchas fuerzas ese día por lo que a mitad de la montaña decidí parar a descansar y Samuel continuó para ver si quedaba mucho y después venir a por mi... jajajaj no llegué a subir. Samuel, después de 40 minutos más de escalada consiguió llegar a la cima y disfrutar las preciosas vistas. Cuando volvió hasta mi punto, me dijo que era muy duro y que había gente pasándolo realmente mal arriba, así que decidí que prefería no hacerlo y continuar con el viaje. De verdad, si eres deportista, tienes fondo físico y el clima acompaña, tienes que hacerlo, de lo contrario, mejor no.
Cogimos el coche rumbo a A, pasando por Moskenes y Sorvagen. Todos los pueblos son muy parecidos pero cada uno tiene su encanto así que si vas con calma y sin muchos planes como nosotros, vale la pena pararte a ver cada cosa. Viendo que ya era tarde para comer (cierran muy pronto los restaurantes) y que el hambre nos llamaba, decidimos volver a la cabaña y aprovechar algo de la compra anterior. Después de un descaso, nos dirigimos al pueblo pesquero de Nusfjord. Solo la carretera para llegar hasta él te dejará sin habla, el paisaje es espectacular, y el pueblo, a pesar de esta todo cerrado por ser ya temporada baja, tiene su encanto.
Ya anocheciendo pusimos rumbo a Hamnoy, queríamos aprovechar para cenar en algún restaurante en la última noche en esta zona. Fuimos al Krambua, restaurante típico justo al lado de las cabañas de Eliassen Rorbuer, gestionado por un matrimonio muy amable. La comida fue espectacular, y nos hicieron el gran favor de esperarnos ya que, para ellos era algo tarde ya... Un entrante, dos principales, agua y copa de vino, fueron 89 euros con propina incluida. Siempre digo que los países nórdicos son caros pero si sabes (y te gusta) comer sabrás apreciarlo.
La noche se había cerrado por completo, así que después de un té a las afueras de la cabaña nos fuimos a descansar.
DÍA 3 HAUKLAND BEACH - HENNINGSVAER - SVOLVAER
A la mañana siguiente, metimos todo en el coche y nos despedimos de nuestra cabañita. El día estaba algo gris pero nada que no pudiese pararnos, por lo que nos dirigimos a la playa Haukland, donde leímos que había una ruta de senderismo y a por ella que fuimos. Aparcamos en el parking de la playa y fuimos hacia la montaña. Hay un túnel por donde se llega a la siguiente playa, Uttakleiv, nosotros llegamos hasta ella ¡andando! Subimos la montaña, estuvimos un rato por la cima y bajamos por la siguiente ladera, hacia la playa. Después de un buen rato andando, llegamos a la playa, en la cual el parking es de pago por cierto, así que nos ahorramos ese dinero.
Para volver, bordeamos el mar, por donde hay un camino llano que conecta con la otra playa. Fue una ruta sencilla pero divertida, con la suerte de que chispeó un poco pero nada que pudiera pararnos.
Descansamos un poco en la playa, y volvimos al coche. Continuamos por la carretera principal, la que habíamos recorrido el primer día, donde a unos kilómetros se encuentra el Museo Vikingo (nosotros no hicimos la parada pero te lo comento por si quieres apuntarlo). Paramos en un supermercado a mitad de camino para comprar algo de comer y seguimos sin apenas paradas hasta el pueblo de Henningvaer. Fue otro de nuestro favoritos, solo la carretera para llegar hasta allí es una maravilla, y aunque el pueblo pueda parecer uno más, tiene un encanto especial... Como curiosidad, decirte que aquí se encuentra ¡un campo de fútbol encajado en una isla! Seguro has visto alguna foto y si no, ¡búscala! Aparcamos y dimos un buen paseo por el pueblo, visitamos alguna tienda local, compramos un café y nos lo tomamos tranquilamente frente al mar.
Volvimos a la carretera principal y pusimos rumbo a nuestro destino del día Svolvaer, donde pasaríamos la siguiente noche. Tengo que destacar que antes de llegar se encuentra el pueblo de Kabelvag, con una iglesia muy bonita, no paramos por que empezó a llover pero seguro vale la pena un alto en el camino. Svolvaer es un pueblo pesquero bastante grande y mucho más moderno que el resto de los que verás en Lofoten, pero bonito y acogedor. Nosotros escogimos el hotel Scandic Svolvaer, totalmente recomendable, con parking gratuito a la entrada del hotel y situado prácticamente encima del mar. Las habitaciones son sencillas pero las zonas comunes son muy acogedoras y el desayuno (en nuestro caso incluido) buenísimo. Nos costo la noche 100 euros.
Una vez alojados, fuimos a dar un paseo por el pueblo, mucho más animado, con más gente por la calle y bastantes tiendas y restaurantes alrededor. En la zona del puerto hay muchas posibilidades de hacer actividades, todas para turistas, no escogimos ninguna por el frío pero tiene que estar muy bien. Buscamos en google referencias para ver donde cenar y después de mucho debatir escogimos el Borsen Spiseri, es muy fácil reservar mesa a través de su web y el local es maravilloso, todo de madera, acogedor y la comida deliciosa. Dos platos principales, postre, agua y una copa de vino 105 euros.
La noche estaba helada, así que volvimos al hotel.
DÍA 4 SVOLVAER - NARVIK
Desayunamos en el buffet del hotel, fantástico por cierto, y dimos un paseo por el pueblo aprovechando el sol que hacía. Recogimos nuestras cosas y de vuelta al coche, hoy nos tocaba una buena paliza de carretera ya que íbamos hasta Narvik.
Nuestra idea era parar en donde nos apeteciera pero el tiempo se iba poniendo más feo según nos íbamos yendo más al este, incluso por tramos se ponía a nevar, así que paramos cuando pudimos y necesitamos. Hicimos una parada para tomar un café y estirar las piernas en un restaurante de carretera, que es también hotel, pero que estaba muy bien de precio, justo después de pasar el puente en dirección aeropuerto, se llama Tjeldsundbrua, y no sabemos que tal estaría la comida pero tenía buena pinta. Después del descanso, volvimos a la carretera, quedaba una hora hasta la ciudad de Narvik así que ya estaba casi hecho.
Llegamos sobre las 3 de la tarde a nuestro hotel, el Scandic Narvik, hotel muy cómodo y céntrico, bastante moderno. Escogimos este porque conseguimos una buena oferta, 188 euros dos noches con desayuno incluido, Tiene un parking cubierto de pago justo debajo del hotel que nos costó por dos días completos 25 euros (por cierto, se entra justo pasando el hotel a la derecha). Tras dejar las cosas en la habitación, nos fuimos a dar un paseo y ver que había interesante en los alrededores y comer algo. En las inmediaciones del hotel se encuentra el Museo de la guerra, un centro comercial llamado AMFI y la plaza con el mercado. Fuimos al centro comercial y nos encontramos el Sushi Point abierto así que allí nos quedamos, es el típico restaurante donde van pasando platillos con sushi y tu coges los que quieras o puedes pedir directamente de la carta. Lo cierto es que nos gustó mucho y no nos pareció nada caro, por 44 euros comimos los dos, lo recomendamos también por el horario que tiene continuado.
Narvik es una ciudad bastante pequeña por lo que no esperes gran cosa, nosotros quisimos hacer noche aquí por subir en teleférico la montaña Fjellheisstasjonen. Mi pareja había leído que se puede hacer descenso en bicicleta en esta época del año pero al final no pudo hacerlo porque vio que el terreno ya empezaba a tener hielo y tener un accidente en pleno viaje no hubiese sido muy divertido...
Se nos pasó la tarde muy rápido y estábamos cansados por lo que compramos algo en el Burguer King que se encuentra en la entrada del Amfi y nos lo comimos en la habitación del hotel, tocaba descansar para reponer energías para el día siguiente.
--PD: Otra actividad que puede estar muy interesante es visitar la reserva de fauna salvaje Polar Park. Está bastante alejado de la ciudad pero lo comento por si quieres ver algún plan alternativo en la zona, se sitúa entre el aeropuerto y la ciudad de Narvik, a una hora aproximadamente y cuesta unos 70 euros la entrada.
DÍA 5 NARVIK
Desayunamos en el buffet del hotel, muy rico también, y comenzamos el día caminando hasta la zona del teleférico. Había leído que se llegaba bien andando pero nos debimos de perder porque ¡andamos un montón cuesta arriba y parecía que no llegábamos nunca! Jajajaj, por suerte el día esta soleado, y tampoco teníamos nada mejor que hacer. El teleférico cuesta 30 euros ida y vuelta, y la entrada se compra en la tienda que está junto al teleférico.
Al llegar arriba, es una pasada, sobretodo el mirador junto a la cafetería, pero es verdad que a los 20 minutos ya tienes la cima vista. Nosotros dimos un paseo, sacamos fotos y cuando nos dio frío nos tomamos un chocolate caliente riquísimo. Supongo que tiene más sentido ir cuando hay más nieve y las pistas de esquí están abiertas. Pero bueno, ¡lo disfrutamos igual! Como dije al principio de la entrada nuestro objetivo en este viaje era ir tranquilos y disfrutar de las vacaciones.
Al par de horas, decidimos bajar e ir pensando donde comer, pero como se nos había hecho algo tarde (horario noruego) muchos restaurantes ya estaban cerrados, por lo que ¡repetimos en el Sushi Point! Aprovechamos la tarde para pasear por la zona y comprar algunos recuerdos y souvenirs. Volvimos al hotel para descansar y arreglarnos un poco, hoy nos apetecía un pequeño homenaje por ser la última noche en el norte de Noruega.
Cenamos en el restaurante del hotel, ubicado en la última planta del edificio, un picoteo y unas copas, y una terraza... por la cual, nosotros y algunos turistas más, pudimos ver de nuevo ¡las auroras boreales! Incluso con la contaminación lumínica que había se pudo ver perfectamente... sin duda el mejor punto y final del día.
A la mañana siguiente, desayunamos y fuimos con calma hacía el aeropuerto, nuestro siguiente destino era Oslo. ¿Nos acompañas?
Te dejo por aquí el link de mi mapa con más o menos las rutas que hicimos al día y puntos de puntos de interés by Maps de google Islas Lofoten.
¡HASTA LA PRÓXIMA RESERVA!
Alba
Amanece el segundo día, y para nuestra sorpresa con el día completamente despejado. Si ya has estado buscando info sobre Lofoten y, sobretodo, que trekking hacer en la zona ya habrás visto el Reinebringen, y sino pues te comento... Está situado en uno de sus fiordos, a orillas del pueblo Reine, es tremendamente peligroso y... turístico, ya que tiene unas vistas desde la cima espectaculares. Si te adelanto esta información es porque la única posibilidad de subir era que el tiempo estuviese bueno, y por eso nos animamos a subir este día, más adelante te cuento que tal fue. Empezamos desayunando en nuestra cabaña y dando un paseo por el fotogénico Hamnoy. Es una de las típicas fotos que vemos cuando buscamos Lofoten en google, y no es para menos, es muy pequeño pero es alucinante ver el hermoso fiordo donde está situado.
Tras un paseo y unas fotos nos vamos al cercano pueblo de Reine, otro imprescindible, y antes de meternos a ver el pueblo, y viendo que más gente se animaba a subir... nos adentramos en el Reinebringen. Decirte que, han reformado el camino, y la entrada ahora es mucho más sencilla, pero los escalones son matadores y algunas zonas son barro puro. Es prácticamente hacer una escalada desde el minuto uno hasta la cumbre, haciéndose cada vez más duro. No se cuanto tiempo estuvimos subiendo pero llegó un punto que yo no podía más, no soy nada deportista y no me encontraba con muchas fuerzas ese día por lo que a mitad de la montaña decidí parar a descansar y Samuel continuó para ver si quedaba mucho y después venir a por mi... jajajaj no llegué a subir. Samuel, después de 40 minutos más de escalada consiguió llegar a la cima y disfrutar las preciosas vistas. Cuando volvió hasta mi punto, me dijo que era muy duro y que había gente pasándolo realmente mal arriba, así que decidí que prefería no hacerlo y continuar con el viaje. De verdad, si eres deportista, tienes fondo físico y el clima acompaña, tienes que hacerlo, de lo contrario, mejor no.
Cogimos el coche rumbo a A, pasando por Moskenes y Sorvagen. Todos los pueblos son muy parecidos pero cada uno tiene su encanto así que si vas con calma y sin muchos planes como nosotros, vale la pena pararte a ver cada cosa. Viendo que ya era tarde para comer (cierran muy pronto los restaurantes) y que el hambre nos llamaba, decidimos volver a la cabaña y aprovechar algo de la compra anterior. Después de un descaso, nos dirigimos al pueblo pesquero de Nusfjord. Solo la carretera para llegar hasta él te dejará sin habla, el paisaje es espectacular, y el pueblo, a pesar de esta todo cerrado por ser ya temporada baja, tiene su encanto.
Ya anocheciendo pusimos rumbo a Hamnoy, queríamos aprovechar para cenar en algún restaurante en la última noche en esta zona. Fuimos al Krambua, restaurante típico justo al lado de las cabañas de Eliassen Rorbuer, gestionado por un matrimonio muy amable. La comida fue espectacular, y nos hicieron el gran favor de esperarnos ya que, para ellos era algo tarde ya... Un entrante, dos principales, agua y copa de vino, fueron 89 euros con propina incluida. Siempre digo que los países nórdicos son caros pero si sabes (y te gusta) comer sabrás apreciarlo.
La noche se había cerrado por completo, así que después de un té a las afueras de la cabaña nos fuimos a descansar.
DÍA 3 HAUKLAND BEACH - HENNINGSVAER - SVOLVAER
A la mañana siguiente, metimos todo en el coche y nos despedimos de nuestra cabañita. El día estaba algo gris pero nada que no pudiese pararnos, por lo que nos dirigimos a la playa Haukland, donde leímos que había una ruta de senderismo y a por ella que fuimos. Aparcamos en el parking de la playa y fuimos hacia la montaña. Hay un túnel por donde se llega a la siguiente playa, Uttakleiv, nosotros llegamos hasta ella ¡andando! Subimos la montaña, estuvimos un rato por la cima y bajamos por la siguiente ladera, hacia la playa. Después de un buen rato andando, llegamos a la playa, en la cual el parking es de pago por cierto, así que nos ahorramos ese dinero.
Para volver, bordeamos el mar, por donde hay un camino llano que conecta con la otra playa. Fue una ruta sencilla pero divertida, con la suerte de que chispeó un poco pero nada que pudiera pararnos.
Descansamos un poco en la playa, y volvimos al coche. Continuamos por la carretera principal, la que habíamos recorrido el primer día, donde a unos kilómetros se encuentra el Museo Vikingo (nosotros no hicimos la parada pero te lo comento por si quieres apuntarlo). Paramos en un supermercado a mitad de camino para comprar algo de comer y seguimos sin apenas paradas hasta el pueblo de Henningvaer. Fue otro de nuestro favoritos, solo la carretera para llegar hasta allí es una maravilla, y aunque el pueblo pueda parecer uno más, tiene un encanto especial... Como curiosidad, decirte que aquí se encuentra ¡un campo de fútbol encajado en una isla! Seguro has visto alguna foto y si no, ¡búscala! Aparcamos y dimos un buen paseo por el pueblo, visitamos alguna tienda local, compramos un café y nos lo tomamos tranquilamente frente al mar.
Volvimos a la carretera principal y pusimos rumbo a nuestro destino del día Svolvaer, donde pasaríamos la siguiente noche. Tengo que destacar que antes de llegar se encuentra el pueblo de Kabelvag, con una iglesia muy bonita, no paramos por que empezó a llover pero seguro vale la pena un alto en el camino. Svolvaer es un pueblo pesquero bastante grande y mucho más moderno que el resto de los que verás en Lofoten, pero bonito y acogedor. Nosotros escogimos el hotel Scandic Svolvaer, totalmente recomendable, con parking gratuito a la entrada del hotel y situado prácticamente encima del mar. Las habitaciones son sencillas pero las zonas comunes son muy acogedoras y el desayuno (en nuestro caso incluido) buenísimo. Nos costo la noche 100 euros.
Una vez alojados, fuimos a dar un paseo por el pueblo, mucho más animado, con más gente por la calle y bastantes tiendas y restaurantes alrededor. En la zona del puerto hay muchas posibilidades de hacer actividades, todas para turistas, no escogimos ninguna por el frío pero tiene que estar muy bien. Buscamos en google referencias para ver donde cenar y después de mucho debatir escogimos el Borsen Spiseri, es muy fácil reservar mesa a través de su web y el local es maravilloso, todo de madera, acogedor y la comida deliciosa. Dos platos principales, postre, agua y una copa de vino 105 euros.
La noche estaba helada, así que volvimos al hotel.
DÍA 4 SVOLVAER - NARVIK
Desayunamos en el buffet del hotel, fantástico por cierto, y dimos un paseo por el pueblo aprovechando el sol que hacía. Recogimos nuestras cosas y de vuelta al coche, hoy nos tocaba una buena paliza de carretera ya que íbamos hasta Narvik.
Nuestra idea era parar en donde nos apeteciera pero el tiempo se iba poniendo más feo según nos íbamos yendo más al este, incluso por tramos se ponía a nevar, así que paramos cuando pudimos y necesitamos. Hicimos una parada para tomar un café y estirar las piernas en un restaurante de carretera, que es también hotel, pero que estaba muy bien de precio, justo después de pasar el puente en dirección aeropuerto, se llama Tjeldsundbrua, y no sabemos que tal estaría la comida pero tenía buena pinta. Después del descanso, volvimos a la carretera, quedaba una hora hasta la ciudad de Narvik así que ya estaba casi hecho.
Llegamos sobre las 3 de la tarde a nuestro hotel, el Scandic Narvik, hotel muy cómodo y céntrico, bastante moderno. Escogimos este porque conseguimos una buena oferta, 188 euros dos noches con desayuno incluido, Tiene un parking cubierto de pago justo debajo del hotel que nos costó por dos días completos 25 euros (por cierto, se entra justo pasando el hotel a la derecha). Tras dejar las cosas en la habitación, nos fuimos a dar un paseo y ver que había interesante en los alrededores y comer algo. En las inmediaciones del hotel se encuentra el Museo de la guerra, un centro comercial llamado AMFI y la plaza con el mercado. Fuimos al centro comercial y nos encontramos el Sushi Point abierto así que allí nos quedamos, es el típico restaurante donde van pasando platillos con sushi y tu coges los que quieras o puedes pedir directamente de la carta. Lo cierto es que nos gustó mucho y no nos pareció nada caro, por 44 euros comimos los dos, lo recomendamos también por el horario que tiene continuado.
Narvik es una ciudad bastante pequeña por lo que no esperes gran cosa, nosotros quisimos hacer noche aquí por subir en teleférico la montaña Fjellheisstasjonen. Mi pareja había leído que se puede hacer descenso en bicicleta en esta época del año pero al final no pudo hacerlo porque vio que el terreno ya empezaba a tener hielo y tener un accidente en pleno viaje no hubiese sido muy divertido...
Se nos pasó la tarde muy rápido y estábamos cansados por lo que compramos algo en el Burguer King que se encuentra en la entrada del Amfi y nos lo comimos en la habitación del hotel, tocaba descansar para reponer energías para el día siguiente.
--PD: Otra actividad que puede estar muy interesante es visitar la reserva de fauna salvaje Polar Park. Está bastante alejado de la ciudad pero lo comento por si quieres ver algún plan alternativo en la zona, se sitúa entre el aeropuerto y la ciudad de Narvik, a una hora aproximadamente y cuesta unos 70 euros la entrada.
DÍA 5 NARVIK
Desayunamos en el buffet del hotel, muy rico también, y comenzamos el día caminando hasta la zona del teleférico. Había leído que se llegaba bien andando pero nos debimos de perder porque ¡andamos un montón cuesta arriba y parecía que no llegábamos nunca! Jajajaj, por suerte el día esta soleado, y tampoco teníamos nada mejor que hacer. El teleférico cuesta 30 euros ida y vuelta, y la entrada se compra en la tienda que está junto al teleférico.
Al llegar arriba, es una pasada, sobretodo el mirador junto a la cafetería, pero es verdad que a los 20 minutos ya tienes la cima vista. Nosotros dimos un paseo, sacamos fotos y cuando nos dio frío nos tomamos un chocolate caliente riquísimo. Supongo que tiene más sentido ir cuando hay más nieve y las pistas de esquí están abiertas. Pero bueno, ¡lo disfrutamos igual! Como dije al principio de la entrada nuestro objetivo en este viaje era ir tranquilos y disfrutar de las vacaciones.
Al par de horas, decidimos bajar e ir pensando donde comer, pero como se nos había hecho algo tarde (horario noruego) muchos restaurantes ya estaban cerrados, por lo que ¡repetimos en el Sushi Point! Aprovechamos la tarde para pasear por la zona y comprar algunos recuerdos y souvenirs. Volvimos al hotel para descansar y arreglarnos un poco, hoy nos apetecía un pequeño homenaje por ser la última noche en el norte de Noruega.
Cenamos en el restaurante del hotel, ubicado en la última planta del edificio, un picoteo y unas copas, y una terraza... por la cual, nosotros y algunos turistas más, pudimos ver de nuevo ¡las auroras boreales! Incluso con la contaminación lumínica que había se pudo ver perfectamente... sin duda el mejor punto y final del día.
A la mañana siguiente, desayunamos y fuimos con calma hacía el aeropuerto, nuestro siguiente destino era Oslo. ¿Nos acompañas?
Te dejo por aquí el link de mi mapa con más o menos las rutas que hicimos al día y puntos de puntos de interés by Maps de google Islas Lofoten.
¡HASTA LA PRÓXIMA RESERVA!
Alba
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